Gorditas II La belleza no tiene medidas

Pase de modelos¿Y vosotras? ¿Dónde estáis que no se os ve en las páginas eróticas, en los desfiles de moda, en las portadas de Interviú, vosotras, gorditas mí­as, que sois la sal y la pimienta?
Aquí­ me tenéis esperando a que os pongáis de moda e inundéis los espacios publicitarios con vuestras carnes generosas y vuestras sonrisas simpáticas, esas sonrisas que os envidian las flacas, que nunca llegarán a expresarse con esa mezcla de timidez, gracia y encanto, porque piensan que con ser de tipo fino ya se lo tienen ganado. Yo desde aquí­ reivindico el erotismo de la curva, del pecho con copa del cien, de la cintura que circunda un cinturón y se le marca la cincha como la mano que sujeta la rosa socialista; y esas grupas rotundas, proclives al palmeo que suena como una campanada en el alma; esos muslos macizos, esas pantorrillas torneadas como columnas a las que sólo les falta el letrero del «Plus Ultra» para confirmar que son de mujer de bandera.
Aquí­ estoy esperando a que arraséis con tanta novia popotitos, con tanto yogurí­n, con tanta boquita de piñón y empecéis a cortar el bacalao. Yo voto por la mujer que no busca la belleza en la perfección corporal, sino en la vistosidad, en el colorido, en la proporción apetecible y no en la estándar. Yo voto por la mujer que pone su cuerpo al servicio de la belleza y no al dictado de la moda, la mujer que se suelta la melena, que se desmanda y que sabe ser grande y bella como son grandes y bellas las pirámides, que sabe ser ancha y bella como es ancho y bello el partenón, la mujer que sabe ser fuerte y bella como es fuerte y bella la estatua de la libertad.
Cuando veo una mujer como tú, rellenita y hermosa veo más ingredientes que en la flaca, veo ganas de agradar, veo ilusión, veo sorpresa por verse admirada, veo cuidado por las formas, veo el cariño con que os ofrecéis, el mimo con que os brindáis a quien atina a pararse y miraros. Una flaca hermosa no es más que eso, una gordita hermosa es como si pusiera su belleza en bandeja de plata.
Aquí­ estoy, esperando a veros conquistar el mundo de lo superficial de la misma manera que habéis conquistado el mundo de lo cotidiano.
Porque, digan lo que digan, una gordita tiene más cantidad de hermosura.

Si el borboncillo se hubiera casado con una moza robusta seguramente nos habrí­a complacido mucho más verle enseñar las bragas (véase: ) cuando sopla viento de levante (¡de levante las faldas, jaaaaaaa!)

Ver también «Gorditas I
Ver también «Gorditas III

45 comments for “Gorditas II La belleza no tiene medidas

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