A Quevedo constante más allá de la muerte

Paco, se ve que la postrera sombra,
lejos de ser postrera ha perdurado.
Se disimula el polvo enamorado
a escobazos debajo de la alfombra.

Amar sin más ni más ya nos asombra,
es algo secundario y mal mirado,
que en este trajinar acelerado
cuanto interviene amor ya no se nombra.

Nos impregna los poros una arenga
de inhóspita maldad, para quien tenga
un poco de razón, que descalabra.

Cuánta falta nos hace quien nos venga,
con la mágica voz de abracadabra,
a encender una luz con la palabra.
Tomás Galindo ©

2 comments for “A Quevedo constante más allá de la muerte

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.