Categoría: Historias tontas

Yo sólo quiero morirme

-¡Yo sólo quiero morirme!
-Que sí­, padre, que ya lo sé, que todos los dí­as estamos con la misma martingala.
-Qué martingala ni qué niño muerto, así­ descanso ya de una puta vez, y vosotros también.
-Ande, ande, no diga tonterí­as.
-Quince años, quince, llevo queriendo morirme, desde que se..
-…desde que se murió madre, que sí­, que ya lo sé, que me lo dice cada dí­a ¡no lo he de saber!
-Pues eso quiero, morirme de una vez y dejar ya de sufrir.
-¡Pero qué va a sufrir, si mejor que vive…!
-¡Vivir! ¿A esto llamas vivir, a pasarme el dí­a sentado viendo la tele o mirando por la ventana, que ni a mear puedo ir yo solo
-Sí­ que puede, sí­, ande, deje de quejarse y estese quieto, que así­ no le puedo peinar.
-Como un muñeco, eso soy, como un muñeco, que me tienen que afeitar y peinar ¿ves como no puedo tener ganas más que de morirme, hijica?
-¡Mira, al menos los muñecos se dejan hacer!
-Si esto no es vida, hijica, si yo sólo quiero morirme, pero de verdad, de una puta vez.
-Usté lo que tiene que hacer es cenarse su yogur y a la cama ¡ea! que ya está bien guapo con su pijama y sus pelos bien peinados.
-Ni cenar como dios manda puedo ya… un puto yogur.
-Venga, cómaselo y deje de gruñir, que cada dí­a es más cascarrabias.
-Y cómo no he de protestar si aquí­ estoy padeciendo en vez de morirme.
-¡Ay, qué cansino está!
-¡Y esto qué es! ¡Si este yogur está caducao! ¡Pero cómo me das un yogur caducao! ¡Mecagüen dios! ¿Pero tú qué quieres, que me ponga malo? ¡Hostia!

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