Categoría: Poemas

Rap de la pistola


Letra de Tomás Galindo y música original de Daniel Santana ©

La pistola piensa lo que su dueño.
Ella no vive aparte ni actúa sola.
Mata cuando le dicen. Buena pistola…
atenta, vigila, vela mi sueño.
La pistola alumbra con luz aguda
las sucias callejas de los suburbios,
abre en un destello los ojos turbios,
las persianas bajas, la esquina oscura.
En los charcos de orina donde navega
la última colilla de la buscona
la pistola le sirve de comadrona
al reflejo de luna que no le llega.
Tiene brillo de rata,
tiene brillo de plata.
Su peso en la cintura
te acaba, te completa.
te llena de mesura
Tiene algo de alcahueta,
que a todas las muchachas
las atrae indiscreta.
Sopesarla emborracha
porque la tibia cacha
tiene tacto de teta.
La pistola requiere manos de efebo,
igual que para hacerte una manola,
(hay que ser un marica con la pistola
lo mejor es tratarla como a tus huevos).
Llevando la pistola por delante,
la pistola serena, la pistola conviene,
miran de arriba abajo los que la tienen,
para los nervios es tranquilizante,
La muerte a todos iguala
no reconoce la bala
niños, mujeres, ancianos,
reyes, papas, presidentes,
premios nóbel y dementes,
mata nobles y villanos.
La pistola en nuestras manos
hace el juicio moderado,
es factor igualitario:
no hay nadie más solidario
que quien está encañonado.
Con pistola no hay enanos,
se crecen los más bajitos
y atienden al ciudadano
sin tener que hablar a gritos.
No, la pistola no vive aparte,
es parte de ti, es esa parte
que te deja vivir sin humillarte
que al poderoso vuelve tu igual
cuando sin ella no eres rival,
Y recuerda, recuerda, recuerda,
que eres el que tira de la cuerda,
aunque seas un pringao de mierda,
porque es tu mano quien la controla,
porque no piensa, no, la pistola.
(Tiene brillo de plata,
tiene brillo de rata)
Tomás Galindo ©

Hay unos hombres

hay unos hombres abajo que preguntan con voz oscura y el sombrero calado unos hombres abajo y todavía no suben la escalera sólo inquieren hay unos hombres abajo murmurando si el inquilino vive o se ha marchado y el inquilino…

Paco

Y salieron palmeras, con arpegios de patios cordobeses a la siesta. El aire era una fiesta, qué bullicio, qué son, qué sortilegios manaban desde fuentes granadinas. Y salían hermosas agarenas que hacían olvidar todas las penas. Y bailaban en todas…