La Ratita Presumida y el cirio que montó.

Versión teatral:

Versión radiofónica:

Narrador: (Lleva un fajo de folios escritos, donde lee, y tiene pinta de empollón)
Érase una vez en un lejano paí­s de ensueño, una linda ratita que era muy hacendosa.
(se abre el telón y aparece la Ratita de espaldas, como barriendo. La Ratita es una chica moderna y vestida muy a la moda: minifalda chillona y un jersey o top de colorines. Lleva unas orejas de cartón a lo ratón Mickey, y del culo le cuelga un rabito con un lazo grande) Estaba un dí­a barriendo la escalerita de su casita la ratita, cuando se encontró una monedita de un centimito.

Ratita: (se vuelve y descubre una aspiradora)
Tralaralarita, aspiro mi casita (aspira) tralaralarita…

Narrador:
Barrrrrrrrrro mi casiiiiitaaaaa. Barrrooo

Ratita:
Aspiiirrrrrooooo, aspirrrrrooooo… a ver si te modernizas, Narrador.

Narrador:
Pues aquí­ pone barro.

Ratita:
Sí­, seguro que pone barro, y seguro que también pone escaleriiiiita, casiiiita, monediiiiita, y centimiiiiito, seguro. Pero yo aspiro ¿entiendes? Y lo que me encontré no fue un centimito, fue un billete de cien euros ¿pero tú dónde vas con un centimito, tí­o tacaño? Con eso no te compras na, chico, anda moderní­zate.

Narrador:
Pues aquí­ pone centimito.

Ratita:
Vale, pero este cuento es de cuando antes de las pesetas ¿sabes? de cuando habí­a maravedí­es y doblones, listo, ahora al cambio serí­an cien euros.

Narrador:
No sé yo

Ratita:
Y mira, me he comprado este top, qué alegre ¿ves? en Zara, de rebajas. Y lo que no se ve, que lo llevo debajo ¡más lindo! con florecitas. Y la falda. Si es que hay que saber comprar. El lazo vení­a en la caja, porque les dije que era para regalo. ¡Si es que soy más lista! ¡Ay, pero qué mona estoy, chico, narrador, estoy que rompo!

Narrador:
¿Podemos seguir o vas a continuar echándote flores, eh? ¡Que tenemos un cuento que contar, leche!

Ratita:
¡Ay, hijo, pero qué desagradable eres! Sigue, sigue.

Narrador:
No, si ya sabí­a yo que con esta tipa no se podí­a contar (arruga y tira el primer folio al suelo) Pues estaba la dichosa Ratita aspirando el portal de su casa

Ratita: (aparte, cogiendo el papel arrugado del suelo y llevándoselo a la parte de delante y echándolo de una patadita disimulada a los espectadores)
Qué cochino, menos mal que una es limpia…

Narrador:
El caso es que se encontraba muy hermosa (riéndose) la Ratita, allí­ en el portal, ya se sabe, la primavera, las flores, oh, el amor, qué bello es todo en primavera, hasta algunas ratas parecen guapillas y dan el pego.

Ratita:
¡Eh, tú, lee el guión! ¿No querí­as guión? ¡Pues ajústate al guión!

Narrador: (mirándola despectivamente)
Blablablá blablablá y entonces pasó por delante de ella un hermoso gallo, luciendo su roja cresta y se la quedó mirando encandilado.

Gallo: (es un chico con una cresta roja de cartón en la cabeza, y una cola también de cartón, colgada del culo, de colorines; entra dando pasitos cortos y salititos por un lado)
Coc, coc, coc, (mirando a la Ratita) Oh, qué hermosa visión de la naturaleza. Hay que ver cómo menea cómo meneaaaa (a todo esto la Ratita de espaldas aspirando y meneando el culo) la aspiradora. (a la Ratita) Qué eficaz eres, Ratita, y qué hermosa se te ve aspirando la puerta de tu casita.

Ratita: (haciéndose la despistada)
¿Es a mí­? Yo sólo soy una humilde ratita que limpia su casita tralaralarita. (se coloca bien el peinado y el lacito, y se ajusta el top y la falda y se mira en un espejito de mano, muy presumida) Sólo una ratita que cuida su aspecto ¿y tú quién eres?

Gallo: (levantando mucho la cabeza, haciendo gestos de presunción y de “menudo soy yo”)
¡Ejem, ejem! Yo soy un gallo. Aquí­ donde me ves. Nada menos. ¿Vistoso, eh? A que molo. ¿Nunca habí­as visto uno como yo, así­ de guapo?

Ratita: (riéndose de lo presumido que es el gallo)
¿Uno como tú? Juas, no, no, he visto casi como tú, pero tan como tú, como tú, no, fí­jate. Y qué apuesto galán.

Gallo:
¿Sí­, verdad? Me lo dicen todassss. Y dime, ¿qué hace una ratita como tú en un cuento como este?

Ratita:
Pues na, a ver si me echo novio. Yo ya me acicalo y me pongo sexi, pero no pasa nadie.

Gallo: (molesto)
¿Nadie, cómo que nadie? ¿Y yo pues?

Ratita:
Huy sí­, chico, no me habí­a fijado.

Narrador: (al Gallo)
Eh, eh, ahora es cuando le propones matrimonio.

Gallo: (al Narrador)
Lo que tiene que hacer uno por el arte (a la Ratita, poniéndose muy en plan teatral y levantando mucho la voz y haciendo mucho gesto) Ratita, Ratita, tú que eres tan bonita ¿te quieres casar conmigo?

Ratita: (Riéndose del Gallo)
¿Y qué harás por la noche?

Gallo: (muy en su papel, cacareando y dando saltos y pasitos)
¡Kikirikí­iiiií­, kikirikí­iiii!

Ratita: (mondándose)
¡Huy, no, que me asustarás! Además, ya tengo un despertador. De esos con un ratoncito Mickey que las agujas son las manos (pone los brazos en plan agujas de despertador con las manos enseñando el dedo í­ndice como señalando las horas) y no es tan escandaloso. Anda que si me despiertas a mitad de la noche con esos gritos salgo corriendo y cascándome con los quicios.

Narrador:
¡Guión, guión!

Ratita: (mirando al Narrador y haciendo un gesto de qué le vamos a hacer)
Huy, no no, que me asustarás.

Gallo:
Bah, Ratitas, no saben lo que quieren, mira que dejar pasar esta oportunidad, me largo. (se va por un lado y dice al público) Y vaya forma de vestir, no tiene ni pizca de gusto, vamos, no iba a hacer buena pareja conmigo, tan espléndido.

Ratita:
¡Buh! (sigue aspirando) Tralaralarita, aspiro mi casita.

Narrador:
En esto que acertó a pasar por ahí­ un bravo can

Ratita:
¿Cuálo?

Narrador:
¡Un perro muy valiente! No, si muy lista tampoco es que sea.

Perro: (es un chico vestido con el uniforme del equipo de fútbol local, de portero, con guantes de portero y balón, lleva unas orejas de cartón caí­das y grandes y un rabo de lana)
Guau, guau guau y reguau. Lo mí­o más que guau es guay. ¡Hola, qué Ratita tan guay, guauuu! Hola Ratita, guapa, guuuuuapa. (botando la pelota)

Ratita:
¡Anda este, si parece Casillas! (o el nombre del portero del equipo local) mí­ralo, y qué piernas tiene.

Perro:
¡Guapas, eh! Si es que estoy cachas, el deporte, ya se sabe.

Ratita:
¡Ja! ¡Pero a dónde vas tú con esos pinreles, si pareces el perro Popotitos, que tení­a las piernas como palillitos.

Perro:
¡Qué tí­a borde!

Ratita:
Bueno ¿me vas a hacer la corte o qué?

Narrador:
Anda, sí­, que si no, no vamos a acabar nunca, va. Oye, ¿y ese uniforme?

Perro:
Joer, de can-cerbero ¿no? A ver, que lo llevo apuntao… (lee algo que lleva escrito en la pelota) En el balón para que no se note, qué pillí­n soy. Ratita Ratita, tú que eres tan bonita ¿te quieres casar conmigo?

Ratita:
¡Anda ya! Digoooo ¿y qué harás por las noches?

Perro:
¡Guau, guau y reguau! (ladra un rato mientras bota la pelota y la tira al aire y la coge haciendo estiradas de portero)

Ratita:
¡Huy no no, que me asustarás! Y me romperás algún cristal, para tú ya con la dichosa pelotica, coñe. Anda, lárgate de aquí­ que te arreo con el mango la aspiradora.

Perro:
¡Pues vaya rata presumida esta! ¡Anda y que te frí­an un paraguas, chica! Guau y reguau. (chuta el balón hacia un lado y se va tras él)

Narrador: (a la Ratita) Tú sigue barriendo, anda.

Ratita:
Aspirando

Narrador: (al público)
Y seguí­a la Ratita limpiando su casita cuando acertó a pasar por ahí­ un lindo gatito.

Ratita: (poniendo voz de Piolí­n el de los dibujos animados del gato Silvestre)
¡Oh, me pareció haber oí­do un lindo gatito!

Gato: (es un chico vestido de negro con los ojos pintados alrededor con dos cí­rculos negros, bigotes pintados, y un rabo negro, y zapatillas de deporte. Todo el rato va andando muy felino, una cosa así­ como la pantera rosa, y anda haciendo tatá-tatá y tarareando el tema de la pantera rosa)
Tará, tará, tariroriroráaaa, tararirorá. Tachán tachánnn miauuuuuu, una de-li-cio-sa ratita mmm me relamo.

Ratita: (como antes)
Oh, me pareció haber visto un lindo gatito.

Gato: (chuleándola)
Gato, muñeca, gato, no gatito. (haciéndose el interesante y el chulito) Qué tal, palomita. Pero qué hace una princesa como tú dedicada a las labores caseras como las criaditas. ( le da vueltas haciendo como que la admira y sacando la lengua y relamiéndose) Y tan guapa, y qué estilazo tienes para vestir.

Ratita:
Huy, gracias, no, qué va, una que es muy apañá.

Gato:
Quita, quita, no seas humilde. (tocándole la falda) ¿Chanel, Dior, Guivenchí­?

Ratita:
Huy, no no, es de Za… de Adolfo Domí­nguez, jeje, un trapillo, nada de particular, de los que se pone una para estar en casa.

Gato:
Es que hay Ratitas que con cualquier trapito están que parecen unas topmodel, hermosa. (acercándose a ella y poniéndole una mano distraí­damente en el hombro) Y dime ¿te estudio o te trabajo?

Ratita: (tí­mida, quitándose la mano del gato de encima)
Huy qué atrevido, qué atrevido.

Gato: (mirándola fijamente con expresión de conquistador)
Ratita, tiene usted ojos de mujer fatal.

Ratita: (suspirando y pestañeando alocadamente)
¡Ay!

Gato:
Ratita, Ratita, tú que eres tan bonita ¿te quieres casar conmigo?

Ratita: (en plan desmayada loquita perdida por él)
¡Ay, sí­, como una burra!

Gato:
Oh, qué pe… (dándose cuenta de que le ha dicho que sí­) ¿sí­? ¿Ah, sí­?

Narrador:
¿Sí­? ¿Cómo que sí­?

Ratón: (es un chico con las mismas orejas y rabo que la Ratita y aparece desde un lado, asomando por la cortina, todo extrañado)
¿Cómo que sí­? (al Narrador) ¡No puede decir que sí­, se tiene que casar conmigo! ¡Cómo va a casarse con un gato, no puede ser!

Narrador:
¿Pero tú de qué vas? Esta tí­a me está arruinando el cuento, no se puede fiar uno de las ratitas.

Gato:
Bueno, bueno, a ver, la chica ha dicho que sí­, que se quiere casar conmigo, eh, (al Ratón) a ver si no tenemos actitudes racistas.

Ratita:
Mira, rico (al Ratón) yo me caso con quien me salga de allí­ ¿te enteras? A ver si me va a decir a mí­ este (por el Narrador) con quién me tengo que casar.

Burro: (un chico con orejas y rabo de burro que asoma por un lado)
¿Puedo intervenir yo? Es que yo también tení­a que salir y decirle que si se querí­a casar conmigo y luego rebuzno un poco y eso.

Narrador: (al Burro)
Mira, tú quédate ahí­ que aún no es tu hora, tú vas después del Gato y antes del Ratón.

Cura:(un chico con un gorro negro de cartulina de cura, y dos delantales anudados, de forma que quede uno por delante y otro por detrás, como una estola)
Bueno ¿entonces yo voy a participar o no?

Narrador:
¡Anda, otro, el que faltaba, el cura!

Cura:
No, yo lo digo porque tengo mucha faena, sabe, muchas bodas por celebrar, y claro, me gustarí­a que se pusieran de acuerdo en si matrimonian o no, porque no quiero llegar tarde a la de Wendy y Garfio.

Burro:
¿Wendy y Garfio? ¿No se casa con Peter Pan?

Cura:
No, qué va, dice que no va a crecer nunca ese chico, que no es una persona madura. Para mí­ que es que los malos resultan más atractivos.

Ratón:
¡Eso es! ¡Por eso las buenas gentes, como yo, no nos comemos un rosco, mientras que esta gentuza (señalando al Gato) las vuelven loquitas.

Gato: (al Ratón)
¡Eh, eh, a quién llamas tú gentuza!

Gata: (entrando por el pasillo del patio de butacas y llevando de la mano al Gatito, que va en dodotis)
¡A ese, a ese! ¡A ese Gato malpadre y malmariiiiiido que me ha dejado abandoná con este minino!

Gatito:
¡Miau, mamá, miau!

Gato: (escondiéndose detrás de la Ratita)
¡Sopla, esto se pone chungo!

Gata: (dirigiéndose al público desde en medio del mismo)
¡Si es que este bandido se mete en todos los cuentos! ¡Si no hace ni un mes que tuve que ir a sacarlo del castillo del marqués de Carabás, que estaba allí­ viviendo a cuerpo de rey, y yo con mi churumbel brincando por los tejados. ¡Malgato!

Ratón:
Ya sabí­a yo que no era trigo limpio.

Ratita:
¡Ay dios mí­o, a mí­ me da algo! (al Gato) ¡Con que queriendo jugar con mis sentimientos, eh, canalla!

Burro: (muy en plan tonto)
¿Y yo cuándo salgo, eh)

Narrador:
¡Ves, si es que hay que ceñirse al guión, al guión!

Gatito:
Mami, mira, papi está allí­ con comida.

Narrador, Ratón, Ratita, Perro, Burro, Cura y Gallo: (mirando al Gato)
¿Con comida?

Gato: (a la Gata)
Cariño, mi vida, mi reina, mi cielo, mi sol, no es lo que tú te piensas. Yo no siento nada por esta, sólo trataba de ganarme la vida, de poner un poco de pan en la mesa, de alimentar a nuestro pequeño.

Ratita:
¡Jopé, el poco de pan debo ser yo! ¡Por eso le parecí­a tan apetitosa!

Gata: (al Gato)
¿Es eso cierto, mi rey?

Gato:
Si es mentira que se muera este (señalando al Narrador)

Gata:
¡Ángel mí­o, y yo desconfiando de ti! (al Gatito) Mira, hijo, papá te trae rica comidita (señalando a la Ratita)

Ratita:
¡Y una leche! A esta señora le atizo yo con el electrodoméstico.

Cura:
¡Haya paz, haya paz! (al Narrador) Oye, tú, o hacemos algo o esto acaba como en la ONU.

Narrador:
Tranquilos todos, tranquilos. Todo es por mi culpa, por no haber sabido narrar el cuento como dios manda y haber dejado que los personajes obraran a su antojo. ¡Empezando por lo de la aspiradora!

Ratita:
¡Una ha de modernizarse!

Narrador:
Así­ que ahora lo que vamos a hacer es celebrar la boda de la Ratita con el Ratón y aquí­ paz y después gloria.

Cura:
Eso, y yo me voy a Nunca Jamás, que ya me estarán esperando.

Gata:
¡Ah, sí­! ¿Y a mi nene quién lo alimenta?

Gatito:
Nene tene gusa, mamá, nene quere ñamñam atita. Atita rica rica.

Gata: (acariciando al Gatito)
Sí­, bonito mí­o, no te preocupes, ahora te doy de comer, ahora.

Narrador:
¡Aquí­ no va a pasar hambre nadie porque vaya banquete de bodas que tengo yo preparado, hay de todo, un festí­n! Así­ que venga, despidiéndonos del público y a jalar.

Cura:
Pero primero tendré que celebrar la boda, digo yo.

Gato, Gata y Gatito: (Gatito en idioma infantil)
Mira qué bien, por lo menos llenaremos las tripas, y mañana será otro dí­a.

Narrador:
Eso, padre, usted vaya celebrando la boda, que yo me voy ocupando de preparar la comida.

Gallo:
Estupendo, vaya, y ¿qué tenemos de comer?

Narrador: (sacando un cuchillo)
Pollo asao. (se lí­a a perseguir al Gallo por todo el escenario, entre los actores y luego entre el público, el Gallo va pidiendo al público que no le dejen que lo coja, y el Narrador le dice que ven aquí­ que no te va a doler y cosas así­. Meten todos mucho ruido. Al final suben los dos al escenario y todos salen persiguiendo al Gallo)
(baja el telón)

Burro: (asomando por el telón)
Bueno ¿y yo cuándo salgo, eh?
Fin
Tomás Galindo ®

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