Oí­do


Lo malo de no poder quitarse las orejas es que no puede uno evitar oí­r según qué cosas.

-Pues sí­, chica, a mi suegro le han puesto una cremallera en la tripa.
-¡Una cremallera!
-Pues sí­, porque como le tienen que operar tantas veces, pues así­ no tienen que andar abriéndole y cerrándole, porque llegarí­a un momento en que la cicatriz ya no cicatricerí­a.
-Pobre hombre
-Pues él está tan contento con su cremallera, ya ves.
(Oí­do en la cola del seguro)
. . .

-Oich, chica, estábamos en un lunch todos, pero todos todos, Cuqui, Pituca, Momo, Teté, Boby, y Pochola. Qué risa… y entonces vino Mimí­ con su perro, Alberto…
(Oí­do en la cola del telesilla)
. . .

Dos señoras muy atildadas en la cola de hipermercado. Llevan un carro lleno de compra de las mejores marcas, fuagrás francés, riojas… Ambas visten de marca, llevan fulards de seda, collar de perlas, profusión de anillos, pulseras, y demás joyerí­a. Las acompaña una encantadora niña rubita de ocho o diez años, de las de anuncio de cereales de desayuno. La que parece su madre la mira iracunda, y la niña baja la cabeza abochornada.
-¡Qué te parece con lo que me ha saltado esta! ¡Vamos! Le habrí­a dado un azote si no estuviéramos en público. ¡Desde luego! Ya no sabe una cómo educar a los hijos.
-¿Pero qué es lo que te ha hecho para que te pongas así­?
-Pues me ha dicho que ella de mayor quiere trabajar aquí­ de patinadora.
-¿De patinadora?
-Sí­, de esas del pantaloncito corto y los patines que van de aquí­ para allá llevando cambio a las cajas y devolviendo cosas a los estantes… ¡Yo la mato!

Pues yo sólo salgo con chicas que tengan la play station 2, o tetas.
(oí­do a un chico de diez o doce años en el patio de un colegio)

2 comments for “Oí­do

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