Este sucedido, que lo es, hay que oírselo contar a Ángel Mesado, relojero de la ciudad de Jaca, defensor vehemente de monumentos y tradiciones, prócer ilustre, y eximio y ultimísimo entendedor de esos ingenios con tripa de muelle y ruedas…
Este sucedido, que lo es, hay que oírselo contar a Ángel Mesado, relojero de la ciudad de Jaca, defensor vehemente de monumentos y tradiciones, prócer ilustre, y eximio y ultimísimo entendedor de esos ingenios con tripa de muelle y ruedas…