El camino al paraíso

el camino al paraíso pasa justo por esta esquina
no puedo acompañarte porque es mi hora de tomar la fresca
y además nunca me atrajeron demasiado los paraísos
me parecen demasiado fáciles de vivir
yo soy más de resolver desafíos
y luego eso sí
de sentarme a tomar la fresca
quizá sea mi paraíso particular esta sombra
es sombra de sauce
la sombra de sauce es bien sabido que es la más refrescante
incluso más que la de parra
sí justo al doblar la esquina
enfrente está la estación con su cantina a un lado
y al otro la taquilla con el funcionario leyendo su novela del oeste
pasan pocos trenes
y apenas vende billetes barre el andén
saca su banderita toca la campana bajo el reloj
y el tren del que solo bajó una turista inglesa con su mochila
y al que solo subió el quesero
una sola parada de vuelta a su casa como todos los jueves
el tren decía parte con su acostumbrado estrépito
casi vacío
en realidad al paraíso hay que ir andando
el tren es solo una parte móvil del paisaje
doblas la esquina y sigues por la calle y luego carretera según sale del pueblo
la turista inglesa echó a andar hacia ahí pero luego
vio que acababa el pueblo y dio media vuelta
pobrecilla no sabe que ha estado a punto a punto de poder ir al paraíso
qué pena cambiar el paraíso por el ayuntamiento
me ha preguntado diccionario en mano dónde quedaba el ayuntamiento
y he señalado con el dedo sin mirarla a la cara
no quiero recordar la cara de alguien tan desgraciado
tiene unos deditos hermosos y regordetes saliendo de las sandalias
ahora pensaré en lo felices que habrían sido pisando las esponjosas nubes del paraíso
y se va con todo este sol a plomo
con lo bien que se está a la fresca bajo el sauce
lánguido
nunca me gustó lo de llorón pero sí que resulta algo lánguido
hace como una cuevita húmeda y fresca donde poder leer a Borges
y mirar quién entra y sale de la cantina
el perro de Julián en la puerta esperándolo
el perro de Julián es mucho mejor persona que Julián
bebedor y desabrido
el perro en cambio alegre y lamedor de cualquier mano
quizá es porque a veces le veo pasar camino al paraíso
no sé si llega o solo se acerca lo suficiente como para volver cargado de alegría
es un buen perro
aunque ese animal y me refiero al amo no le haya puesto nombre
o no lo divulgue
nunca le vi llamarlo de ninguna manera nunca le vi llamarlo
nunca quizá necesitó llamarlo por eso es un buen perro
la curva sombra de la farola pone una interrogación en la acera
como preguntando a los posibles transeuntes si van a entrar a la estación
o prefieren ir rumbo a la aventura de lo desconocido carretera adelante
también suele pasar un viejo muy de mañana casi de noche
con un canasto que trae de vuelta horas más tarde lleno de caracoles
a veces lleno de endrinas o de níscalos incluso de espárragos silvestres
se ve que el paraíso es ubérrimo aunque ahora dé caracoles en vez de leche y miel
el viejo suele saludar con una inclinación de boina
es un viejo gracioso parece una figurita de belén
delante del sauce hay un jardincillo rebosante de abejas
amo profunda y vehementemente a las abejas
siento admiración y agradecimiento por esos animalillos simpáticos e inquietos
porque saben hacer del trabajo duro algo hermoso alegre
pasaría horas mirándolas saltar de flor en flor con su cesta de polen entre las patitas
como amas de casa con la bolsa en el mercado
pero unas amas de casa jóvenes divertidas y vestidas de colores vivos
con las hormigas es distinto
me dan algo de pena por su sacrificada vida de minero
y las imagino siempre cantando «sixteen tons» infatigables con voces de góspel
cuando alguna se me sube encima siempre la recojo con una hierbita
y la vuelvo a poner en su camino con las demás
incluso así seguramente se llevan un buen susto
para ellas debo ser parte del paisaje una montaña que se mueve
quizá no me puedan ni ver entero siquiera
solo una parte el zapato los pantalones quizá hasta la cintura nada más
sin duda el paraíso está lleno de abejas zumbando
y de hormigas cantando espirituales
pero se está muy bien aquí en la fresca leyendo
«…yo, que me figuraba el Paraíso
bajo la especie de una biblioteca.»

  Tomás Galindo ©

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