Paco


Y salieron palmeras, con arpegios
de patios cordobeses a la siesta.
El aire era una fiesta,
qué bullicio, qué son, qué sortilegios
manaban desde fuentes granadinas.
Y salían hermosas agarenas
que hacían olvidar todas las penas.
Y bailaban en todas las esquinas
las aguas de la sierra cristalinas.
Y salió un pueblo blanco y un sol de oro,
y la naranja, el clavel y la aceituna,
y mil morenas de verde luna,
y la jaca bailando frente al toro.
De repente las manos del artista
repartieron limones y banderas
y azahares y sal y fino y arte
como no puede haber en otra parte,
y me estalló en la cara Andalucía,
dejando el aire impreso
de un mágico embeleso.
Y todo eso salía
de la guitarra de Paco de Lucía.
Tomás Galindo ©

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