Me lo dijeron ayé
la lengua de doble filo
que te peíste hase un me
en la boda de tu primo.
Otro se habría extrañao,
yo, me quedé tan tranquilo,
porque es que yo te conosco
dende que éramos shiquillo
y compartiendo pupitre
supe de tu malo hábito.
Recuerdo la ve primera,
que me cogió de improviso,
era en mitá de un dictao
y me vino un airesillo
como a col y arcantarilla,
como a muerto y a podrío,
como a cuadra y a corrá,
que casi pierdo er sentío;
se me cayó er lapicero
ar suelo der retemblío,
y tú me estaba mirando
con cara de yo no he sío
con peca y con coleta
cogida con do lasito,
Y dende preescolar
has depurao tu estilo.
Por eso no me extrañó
er que te hubiera pedío,
seguro que a mala leshe,
en la boda de tu primo.
Y es que mira que ere guapa,
va provocando suspiro,
un monumento de hembra
una mujé de tronío,
pero tiene er ojete
de un sargento del ejérsito,
de una familia gitano
que hubieran senao choriso,
de un guardiasivir en moto,
o de un perro con moquillo.
Eso viento que produse
en un cristiano no es visto,
p’a mí que lleva un demonio
apretao en tu organismo.
Y luego va y lo suerta
en la boda de tu primo.
Que uno que sobrevivió
a aqué cuesco asesino
me ha contao de pe a pa
er episodio verídico.
Que estaba er cura disiendo
si lo quiere por marío
cuando sonó un terremoto
un cañonaso, un bramío,
der árside ar campanario,
y der atrio ar peristilo
que apagó er sirio pascuá
y dejó al cristo torsío,
se desmayó la madrina
y se le cayó ar padrino,
coroné de artillería,
la Cru San Hermenegildo.
¡Qué trueno!¡Qué sambombaso¡
¡Qué tamborraa!¡Qué estrepí¬to!
Er novio se puso blanco,
la novia como un membrillo
Si despué de la tormenta
viene la carma… ¡no vino!
Lo que vino fue una peste
por sorpresa e imprevisto
que dejó a los invitaos
a do deo der desquisio
arsortos, estupefasto,
desencajaos y liví¬do.
Ello con cara de póquer,
ella con el abanico.
Tuvieron que despejar
la filas tre, cuatro y sinco
y sacá lo insensario
de repuesto er monaguillo.
Qué pedo te echaste, rica.
Lo que te vieron me han disho
que levantaste la pierna
pa’a soltal-lo a propósito,
que der fruto de tu vientre
¡se te levantó er vestío
de semejante huracán
que llevaba comprimío!
Me lo dijeron ayer
las lenguas de doble filo
Te pediste a mala leshe
en la boda de tu primo
Otro se habría extrañao
Yo me quedé tan tranquilo
Por eso no te invité
a la mía: por lo mismo.
Porque te gusta pederte
pa jorobá a tu prójimo.
Tomás Galindo ®
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