Son estas nalgas tuyas tan seráficas
como vibrantes hélitros carnosas,
alas de delicadas mariposas
que van revoloteando melíficas.
Menos mal que la carne ganó al arte
y fundiose en tal culo tu belleza,
tan muelle asiento y de tan buena pieza,
que se pudiera verte y alabarte.
Guárdeme dios de aquel culo de estatua
que sea de marfil o alabastrino,
y yo me guardaré el tuyo anforino,
que es bien real y no de imagen fatua.
Que yo me pierdo por tu culo humano,
músculo exacto y bello cual ninguno
(que un bien esté cercano es oportuno
y a poder ser que caiga bien a mano)
Otro día te digo lo que siento;
a qué involucra mi espíritu elevado;
cómo se ha sutilmente extasiado
la poesía de mi pensamiento;
mas, por ahora, te celebro entera
en cuerpo y alma toda tú incluida,
y en tu cuerpo un culo que es para mi vida
prenda amorosa que me desespera.
Tomás Galindo ©
4 comments for “Culo”