La solución a la crisis energética

Menos mal que algunos pensamos con la cabecita y hallamos soluciones originales para mayúsculos problemas, como el del enunciado, la lástima es que los gobiernos no me vayan a oí­r, porque están comprados por las multinacionales de la cosa petrolera. O sea: no me van a hacer caso, porque oí­rme, vaya si me van a oí­r…
Pues que tengo el método para ahorrar entre un 20 y un 30% de nuestra factura del gas y la electricidad, y no sólo eso, sino que además ese ahorro llevarí­a añadido el beneficio de una ganancia en la salud de los españoles ¡todo son ventajas!
Tanta gente que va a gimnasios de fitness, tantos que pedalean en bicis estáticas en casa, tantos de corren o pasean por cintas en su saloncito… ¡y toda esa energí­a se desperdicia! No, eso no puede ser, la sociedad no puede permanecer impasible, en estos tiempos agitados, ante tamaño desperdicio de calorí­as.
Mi propuesta es dotar a todos esos aparatos de correr, de bicicletear, de levantar pesas, de hacer abdominales, de unas simples correas tractoras que impulsen dinamos en sus edificios y vayan acumulando energí­a eléctrica. Con muy poca inversión, y una tecnologí­a que está hace tiempo a nuestra disposición ganarí­amos ingentes cantidades de kilowatios y, encima, con un efecto beneficioso sobre nuestra salud.
¡A qué esperamos! Yo me voy a poner ya mismo una cinta de caminar para enchufar la máquina de afeitar, el exprimidor y la tele.
Lo siguiente será ir a lugares como cuarteles, cárceles, conventos, internados y otros donde haya dormitorios comunales y poner un recogedor de metano. Por lo mismo.

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