Programa de intercambios escolares


El Colegio Mentesana oferta su Programa de Intercambio de Niños para el próximo curso. Los intercambios tendrán como mí­nimo de un mes a todo un curso de duración, coincidiendo con el curso escolar. Estos intercambios tendrán lugar entre niños y niñas de edades comprendidas entre los once y diecisiete años, que pasarán ese tiempo albergados por familias en el extranjero que, a su vez, enviarán sus hijos a España. Con este intercambio se pretende que los niños tomen contacto con mundos distintos y se aclimaten a culturas sensiblemente diferentes, con todo lo que conlleva en cuanto a aspectos que van más allá de lo meramente pedagógico, como son el trato familiar, horarios, comidas, ocio, etc.
Estos intercambios se realizan con niños de Bolivia, Ecuador, Cuba, Nicaragua, Costa Rica, Santo Domingo, El Salvador, y otras naciones del centro y sur de América y, en ellas, con los ámbitos más desfavorecidos de la sociedad indí­gena, por lo que los mimados niños españoles aprenden a valorar comodidades y privilegios que dan por supuestos en su vida habitual, tales como comer a diario, llevar calzado, tener libros para estudiar, y maestro y gozar de horas de asueto en vez de trabajar. Estos intercambios están muy recomendados para niños dí­scolos, soberbios y desobedientes, y el objetivo que nos marcamos es que regresen a sus casas llamando a sus padres de usted, estudiando y comiendo verduras y lo que les echen. Además de este llamativo cambio educativo en los niños, los padres también gozarán de un merecido descanso al tener a su lado a niños atentos, serviciales y agradecidos mientras dura el intercambio.


Para casos especiales de niños extremadamente rebeldes también hacemos intercambios con algunas naciones de África y Asia, en las que, incluso, se enseña a los niños un oficio, tal como coser zapatillas deportivas, extraer minerales, o pescar a pulmón, siendo los alumnos hábilmente espoleados por sus maestros por medio de incentivos fí­sicos simples, como comer, dormir, o dormir solos. Estos últimos cursos garantizan un 100% de efectividad en los niños supervivientes.
Si quiere que sus hijos tomen en serio sus estudios, si quiere que valoren debidamente las comodidades que les rodean y que Ud. tan dura y trabajosamente ha conseguido para ellos, si quiere educarlos en un clima de respeto y esfuerzo de cara a su porvenir, no lo dude más: confí­enos la educación de sus hijos a través de nuestro Programa de Intercambio Escolar Mentesana.
No lo dude, nuestros mayores tení­an razón: la letra con sangre entra.
Nuestro lema es MENS SANA IN CÓRPORE INSEPULTO.

Gila

Yo conocí­ a Gila, pero el no me conoció a mí­. Hostia, claro.
Estábamos en huelga y me tocó no dejarle entrar por la puerta ¡maldita sea mi estampa! Don Miguel, le dije, que es que estamos aquí­ los parias de la tierra levantándonos, y él, viendo el bocata salchichón que exhibí­a yo, me dijo que ya volverí­a otro dí­a y que así­ se combatí­a lo de la famélica legión.
Hoy se cumplen cinco años que cascó, y que nosotros lo tengamos mucho en la memoria porque nos hizo reí­r y pensar, que tiene enjundia la cosa. Lo de que te hagan reí­r se soluciona a base de hacerle zancadillas a las viejas o explotarle una tarta en los morros a un concejal, pero lo de que te hagan pensar, eso ya suele estar más crudo, y cuando alguien te hace pensar, lo normal es que te dejen cabizbundo y meditabajo y hecho polvo con la capa de ozono, con la globalización (como aquí­ la viuda de abajo) y miserias semejantes. Y la vida que llevó el hombre, para qué contar, si resulta que era verdad que cuando la guerra lo fusilaron mal, en serio.
í‰l te hací­a pensar y te escojonabas.
La gente como Gila se puede contar con los dedos de una oreja.
Hay que echarle de menos.

Siesta

Dice aquí­ mi señora que lo suyo no es siesta, es coma oní­rico.

Jugando al tetris (y esperando)


Aún recuerdo no el dí­a, pero sí­ la sensación, de cuando mi hija dijo que se iba ella sola al cole ¡qué mayor! Allá que andaba ella con su cartera y su gorrito de lana, y cómo yo esperaba luego a que volviera a casa y me preocupaba si tardaba (aquella tarde que la puta de la profesora castigó a toda la clase, la guarra, yo me subí­a por las paredes).
Hoy estoy sintiendo algo muy parecido, espero a mi hija, la señora doctora al volante de su automóvil, venga desde donde vive (300 km) hasta mi casa, preocupado por la autopista y tanto loco que por ella pulula. ¡Hija mí­a no corras!
La reflexión es que no hay remedio, uno se preocupa siempre por los hijos, se es siempre padre, no caduca el oficio (La paternidad es un ejercicio kamikaze; mi madre dice que, en realidad, los hijos empezamos a dar problemas a los treinta).
El tetris va muy bien para los nervios, aquí­ mi señora, con un cigarrico y un tetris se pasa el rato «desconectándose» de su ajetreada vida. Mi hija cuando llega me toma el relevo y yo respiro tranquilo e inmortalizo el momento.

Test del lapicero


La cosa va de que el lapicero ha de caerse, y no quedarse sujeto, claro.
¿Y tú, chica, pasas el test del lapicero?

(Vale, prometo que si hay uno para hombres también lo pongo).

Rocco Varela


Tonseñor Rocco Varela
predica como no hay dos:
Dale a dios lo que es de dios,
y lo del césar… si cuela
Que no hace falta votar,
que el mejor gobierno, opina,
es la inspiración divina
y en vez de votar… ¡rezar!
Que la democracia acabe,
que es el pastor el que sabe
qué es bueno para la res
digo… para el feligrés.
Y que vuelva la peseta
que el euro me está liando,
y que se acabe con ETA
a fuerza de metralleta
¡nada de dialogando!
Que vuelva al aula el rosario
y religión en lecciones;
bolleras y maricones
que regresen al armario.
Ni vasco ni mallorquí­n,
catalán ni castellano,
como enseña el Vaticano
¡hablemos todos latí­n!
Como cura me compete
al parroquiano hacer ver
que España no puede ser
grande, libre y diecisiete.

Hace del gobierno el blanco
y en sus iras no desmaya.
Como mi memoria falla…
¿Ya estaba así­ contra Franco?
Es por esto que rechazo
que nos venga predicando
aquello de «a dios rogando…»
basado en el derechazo.
Oz. ©

ver también Blázquez.